martes, 5 de abril de 2011

II CONGRESO CONTINENTAL LATINOAMERICANO DE VOCACIONES

Algo para compartir con vuestros amigos de la red... para que quienes quieran ir a anunciar a los sedientos que hay un agua que hace nunca más sentir sed....


II CONGRESO CONTINENTAL LATINOAMERICANO DE VOCACIONES
Cartago, Costa Rica. 31 de Enero al 5 de Febrero de 2011

MENSAJE FINAL

Hermanas y hermanos:

“A todos los llamados por Dios, santos por vocación, gracia y paz de parte de nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (Rm 1, 7).

Nos apresuramos a compartirles la experiencia de fe y de comunión que, en ambiente de cercanía, de reflexión y de oración, hemos vivido estos días, inspirados en el apóstol Juan: “Lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de Dios; lo que hemos visto y oído, se los anunciamos, para que también ustedes estén en comunión con nosotros” (1 Jn 1, 1.3).

Quienes hemos venido al II Congreso Continental Latinoamericano de Vocaciones hemos llegado casi a la cifra de los quinientos participantes: Tres cardenales que lo presidimos, treinta obispos, más de doscientos presbíteros, más de cien religiosas y religiosos, dos decenas de diáconos y seminaristas, más de veinte consagradas y consagrados seculares, y más de ciento veinte laicos. Proveníamos de todos los países de América Latina y El Caribe. Nos acompañaron las mismas dos instituciones que con la Santa Sede organizaron el Primer Congreso Continental, el CELAM y la CLAR, pero también representantes de la Pontificia Obra para las Vocaciones Sacerdotales y del Departamento de Seminarios de la Congregación para la Educación Católica, de la OSLAM y, en esta ocasión, de la Confederación de Institutos Seculares de América Latina (CISAL), de las Iglesias hermanas de Estados Unidos y Canadá, e invitados de otros países.

Fuimos acogidos fraternalmente por la Conferencia Episcopal de Costa Rica y el Señor Nuncio Apostólico, y con mucha generosidad por el Pastor y los fieles de la Iglesia Particular de Cartago y la de San José. Nos alojaron en sus hogares y con ellos compartimos el doble pan de la Palabra y de la Eucaristía en la catedral, las dos basílicas y las parroquias de la ciudad, y tuvimos una fiesta común en la explanada del Santuario… Así, bajo el manto protector de Nuestra Señora de los Ángeles, Patrona de Costa Rica, pudimos constatar lo que afirma Aparecida: “La fe, la solidaridad y la alegría características de nuestros pueblos” (26); “El valor incomparable del talante mariano de nuestra religiosidad popular” (43); y que la familia es “el valor más querido por nuestros pueblos” (435).

En este contexto hemos reafirmado con nuestros pastores que “la pastoral vocacional, que es responsabilidad de todo el pueblo de Dios, comienza en la familia y continúa en la comunidad cristiana…, plenamente integrada en el ámbito de la pastoral ordinaria, es fruto de una sólida pastoral de conjunto, en las familias, la parroquia, las escuelas católicas y las demás instituciones eclesiales” (DA 314).

Inspirados en el lema “Maestro, en tu Palabra echaré las redes” (Lc 5,5) y en el tema Llamados a lanzar las redes para alcanzar vida plena en Cristo, hemos intentado fortalecer la Cultura Vocacional para que los bautizados asuman su llamado de ser discípulos misioneros de Cristo en las circunstancias actuales de América Latina y El Caribe, destacando los principales aspectos de la dinámica vocacional, examinando la conciencia-cultura vocacional de los bautizados, replanteando la vocación bautismal como eje transversal de toda la acción pastoral de la Iglesia, y elaborando pistas concretas y criterios de animación y de itinerarios vocacionales. Les compartiremos este contenido en el Documento Final que oportunamente hará llegar el CELAM.

Esta acontecimiento ha sido un alto en el camino porque nos ha congregado para vislumbrar el horizonte vocacional de la Iglesia latinoamericana y caribeña, después de un largo itinerario que hunde sus raíces en el Primer Congreso Continental que se celebró en Itaicí, Brasil, hace diecisiete años, y que tuvo un impulso misionero en la Conferencia General de Aparecida, por lo que ha sido también parte de la Misión Continental a la que ella nos ha convocado. Gracias a este mismo itinerario eclesial, que orientó los pre-congresos de estos dos años, hemos entrado también en la dinámica bíblica que vive la Iglesia universal a la luz del último Sínodo sobra la Palabra de Dios en su vida y misión y de la Exhortación Apostólica Verbum Domini. Por eso, acogiendo la invitación del Santo Padre a que en los grandes encuentros eclesiales “se subraye más la importancia de la Palabra de Dios, de la escucha y de la lectura creyente y orante de la Biblia” (76), hemos desplegado sus páginas, para oír su Voz que llama, para discernir su Rostro en el Maestro que nos envía, para construir su Casa en la Iglesia donde realizamos nuestra vocación, y para recorrer sus Caminos como misioneros.

Benedicto XVI nos recordó en el espléndido Mensaje que dirigió al Congreso que: “La iglesia, en lo más íntimo de su ser, tiene una dimensión vocacional, implícita ya en su significado etimológico: ‘asamblea convocada’, por Dios. La vida cristiana participa también de esta misma dimensión vocacional que caracteriza a la Iglesia. En el alma de cada cristiano resuena siempre de nuevo aquel ‘sígueme’ de Jesús a los apóstoles, que cambió para siempre sus vidas (Cf. Mt 4,19)”.

En esta dinámica itinerante y a la luz de la palabra del Santo Padre, los invitamos a que, tal como sucedió en la escena vocacional del evangelio que narra el lema del Congreso, renovemos nuestro ardor vocacional y misionero, y en su Palabra, echemos las redes para que se siga repitiendo el milagro de la abundancia de las vocaciones.

Agradecemos al Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Cartago, su acogida fraterna y su generosa colaboración. Que Dios los bendiga y recompense a todos.

Que Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América, siga acompañando “nuestro viaje por el mar de la historia” (Spe Salvi 49).

En nombre de la Presidencia del II Congreso Continental Latinoamericano de Vocaciones,

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Card. Raymundo Damasceno Assis,
Arzobispo de Aparecida y Presidente del CELAM

jueves, 24 de marzo de 2011

Sobre el pensamiento del Padre Eymard y su obra.

Al recurrir a libros que nos ofrecen narraciones riquísimas de la vida del Padre Eymard, nos podemos percatar de la visión que tubo,  porque él concibió un instituto de sacerdotes y hermanas, laicos hombres y mujeres viviendo sus vidas en total dedicación al los valores espirituales, que son contemplados y celebrados en la eucaristía y en la oración delante del santísimo sacramento. A este respecto, que alegría tendría  Pedro Julián de saber que la eucaristía es señalada como la cima y fuente de la vida de la iglesia.

Pero si nos preguntamos ¿ De donde viene este atractivo del padre, que el impulsa hacia Cristo vivo y presente en el sagrario, de modo que esta dispuesto a agotar todos los recursos para este fin?
 Pienso que en él estaba el susurro de Dios llamándole a esta gran obra y todo lo que ello implica, pues en diferentes momentos de su vida, según los registros, es derramada la gracia, impulsándole  hacia Jesucristo eucaristía, por ejemplo, en Corpus Christi de 1845 el padre experimenta en su alma el anhelo de ir a los brazos del buen maestro, y proclamarle como san Pablo, aunque acá es a "Jesucristo eucaristico".
A este respecto son innumerables os testimonios que nos llegan a nuestros días, y frente a estos debo comentar por ejemplo que para los fieles de Chate, quienes comentaban respecto del coadjutor (vicario parroquial) "precia mas un ángel que un hombre", ello naturalmente por el celo con que vivía al esos momentos, de modo que la gracia en el derramada era irradiada a los demás.
En definitivas, la providencia le fue tan generosa, que el también quiso corresponderle, y lo hizo como un héroe, "el campeón de la eucaristía" como un siglo después en el concilio vaticano segundo se le reconoce por parte de Juan XXIII. 
En cuanto al contexto en el cual el padre Eymard estaba inmerso, había una espiritualidad reparadora, de la cual compenso a distanciarse hacia 1845,  y de este modo a acercarse al amor de Cristo, el que impacto su alma, lo que e lleva a manifestar la donación de Cristo en la eucaristía , este fue uno de sus mayores deseos, el de darlo a conocer, anticipando la renovación de la iglesia, llevada a cabo por el concilio vaticano segundo.

Si decidiéramos, comentar a grandes lineas lo que a él lo impulso a fundar y a llamara a otros hombres y mujeres, nos preguntaríamos.... ¿como es esto que, por la gracia de Dios ,es manifestado el carisma eucarístico en su ser mismo y lo lleva a fundar? Frente a esto debemos ver a un padre Eymard muy humano, muy preocupado por las carencias de la gente a quien asiste: sean estos pobres, enfermos, alumnos, profesores, consagrados, gente viciada, pero por sobre todo los males del alma. Lo que lo lleva a dar soltura a la pluma, cosa que se puede leer en las obras que nos narran su vida, las tantos consejos, por lo demás, son  muy cercanos a nuestras cuestiones actuales, y en muchos casos se lo valió su ejemplo de vida, al servicio del prójimo por el amor que emanaba del santísimo sacramento. Por sobre todo, destaco yo, es este amor que lo inunda y lo impulsa a compartirlo a los demás, dar a conocer a Cristo eucarístico, que este prisionero en el sagrario y nos espera, de modo que hace falta que acudamos a él, sea como laicos y también para consagrarle la vida. En este marco concluyo, destacando que para amar al señor debemos esforzarnos en que sea reciproco, lo que nos llevara a obrar y con ello la fe dará frutos y obras como ésta seguirán dándolos a través de quienes siembren , con la gracia del que envía a pescar, Jesús.


lunes, 21 de marzo de 2011

jueves, 17 de marzo de 2011

Oración para Discernir una Vocación



Señor, hay tantas cosas en mi vida que no entiendo,
tantas preguntas sobre el futuro que necesito preguntar.
¿Cuál es tu plan para mí?
¿Cuál es la obra que quieres que yo haga?

Lo que si se es que realmente Tú me amas.
Muéstrame el camino  que quieres que camine,
para alcanzar satisfacción, felicidad y santidad.
Y si Tú me estás llamando al
Sacerdocio o a la Vida Religiosa, dame la fuerza para decir que "Sí"
y dame la  gracia para empezar ahora mismo
para prepararme para el desafío
de una vida dedicada a Tu servicio y
para el cuidado de Tu pueblo.
Te pido esto en nombre de Jesús.
Amén.


 
Cardenal Theodore McCarrickArzobispo Emérito de Washington

miércoles, 16 de marzo de 2011

"Toda vocación...

 es parte de un plan divino ... 

Es Dios quien nos ama...

...que es Amor...


...que nos llama."

 Benedicto XVI

Canción El Profeta (♫ Antes que te formaras ♫)

Espiritualidad


La visión de la Eucarística de la Congregación del Santísimo Sacramento subraya la presencia real de Jesús: “Feliz el alma que sabe encontrar a Jesús en la Eucaristía, y en Jesús Eucarístico todas las cosas”. Además, intuye en esta presencia una fuente de dinamismo: “La Eucaristía es gracia de apostolado; Jesús está allí presente, por tanto a Él, en Él, por Él”. Esta fe se nutre de la Eucaristía, de la meditación sobre la Palabra de Dios y de la adoración eucarística.
La presencia
La presencia real de Cristo se da en la Asamblea del Pueblo de Dios, reunido en su Nombre, en el sacerdote que representa a Cristo, en la Palabra de Dios, y de un modo excelente en las Sagradas Especias del Pan y del Vino consagrados.
A su vez, la espiritualidad sacramentina no se limita a la contemplación eucarística, sino que ve en la Eucaristía el servicio a los últimos, el “don de sí” como lo llamaba San Pedro Julián. “No podemos vivir la Eucaristía sin estar animados por el mismo Espíritu que llevó a Cristo a entregar su vida por el mundo”.